La salud es una de esas cosas en las que no deberías escatimar dinero, ya que de ello depende tu bienestar, tanto físico como emocional. Muchas personas suelen cometer este error, y con el paso del tiempo terminan arrepintiéndose. Una de las mejores formas de garantizar tu salud y la de tu familia es contando con un seguro médico.
¿Qué es un seguro médico?
Un seguro médico es un instrumento por medio del cual, una empresa aseguradora se compromete con el asegurado a subir cualquier tratamiento médico que esté expreso dentro de la póliza contratada. Por su parte, el asegurado se compromete a pagar una prima que puede ser mensual, trimestral, semestral o anual.
Estos seguros son ideales para enfrentar los altos costos que pueden llegar a tener los diferentes tratamientos médicos que puedas necesitar. Sin lugar a dudas, contar con un seguro médico es algo que debes tener siempre en cuenta para tu tranquilidad y la de tu familia, ya que siempre vas a contar con el respaldo de una empresa que se encargue de todo por ti.
¿Cómo elegir un seguro de salud?
Es muy probable que si has estado investigando sobre este tipo de seguros en tu localidad, te habrás dado cuenta de que existen una gran cantidad de aseguradoras que prestan este tipo de servicios. Esto hace que muchas veces no sea tan sencillo el elegir una póliza de seguros. Que una empresa te ofrezca un precio menor, no significa que sea mejor, ya que, muchas veces, se sacrifican algunos servicios para ofrecer un mejor precio. Es por ello que es una muy buena idea el utilizar un comparador de seguros de salud que te permita ser capaz de elegir la póliza que se adapte mejor a tus necesidades.
¿Cuáles son las ventajas de tener un seguro médico?
A continuación, te diré cuáles son los 4 principales beneficios que tiene el contar con el respaldo de un seguro médico.
1. Cobertura de los gastos médicos
El objetivo principal del seguro médico es recibir la mejor atención médica sin que ello suponga una carga para tu economía. Los planes de seguro médico te ofrecen una total protección contra los altos costes que puede tener un tratamiento médico. Entre los principales gastos que cubren encontramos hospitalización, los gastos por cargos domiciliarios, gastos por traslado en ambulancia y algunos otros. Por lo tanto, puedes centrarse en tu recuperación en lugar de preocuparse por cómo pagarás ese tratamiento.
2. Cobertura contra enfermedades críticas
Los proveedores de seguros ofrecen hoy en día un seguro contra enfermedades críticas, ya sea como un plan independiente o como cláusula adicional. Este tipo de seguros ofrecen cobertura contra enfermedades que ponen en peligro la vida, como la insuficiencia renal, el trasplante de médula ósea, la apoplejía, la pérdida de extremidades, entre otras. Si se le diagnostica alguna de las enfermedades críticas de la lista de enfermedades cubiertas de su póliza, tienes el derecho de recibir el tratamiento adecuado por ella y sin costos adicionales. Otras empresas de seguros, en vez de pagar por tu tratamiento, pueden darte una cantidad de dinero específica, esta, por lo general, es suficiente para hacer frente a los gastos de la enfermedad y algunos otros más.
3. Prestación de servicio sin deducible
Muchos proveedores de seguros ofrecen la posibilidad de acceder a la atención médica sin necesidad de pagar nada de tu bolsillo. Los gastos de hospitalización se liquidan entre la aseguradora y el hospital, por lo que no tendrás que preocuparte por absolutamente nada. Para poder beneficiarte de esta prestación, es imprescindible ser admitido en cualquiera de los hospitales que trabajen directamente con la aseguradora. Sin embargo, en algunos casos, es posible que debas esperar algo de tiempo, ya que se requiere de una autorización por parte de la seguradora para ser admitido. Obviamente, esto no aplica en el caso que sea una urgencia, ya que, presentando la póliza o el carnet vigente, podrán admitirte.
4. Protección adicional a la cobertura de su empresa
Muchas empresas cubren a sus empleados con un plan de seguro colectivo. Sin embargo, estas pólizas no se adaptan a las necesidades particulares de cada persona. Además, puede quedarse sin seguro en caso de pérdida de empleo o cambio de trabajo. Para protegerse contra este tipo de eventualidades, es ideal contratar una cobertura sanitaria individual.